Algunas Consideraciones sobre Gerencia y Estrategias Gerenciales en el
Marco Educativo
La necesidad de la sociedad de
enfrentar los retos contemporáneos caracterizados por la globalización y la
competitividad, exige a las instituciones respuestas oportunas para adaptarse a
los nuevos paradigmas; lo cual requiere prestarle mayor atención a la gerencia,
que se concibe a como la principal palanca de cambio que es necesario activar
para asegurar que las acciones y decisiones se correspondan con el marco global
de la sociedad de forma coherente.
En este sentido, la gerencia según
García (2003), es concebida “como un proceso que consiste en organizar
adecuadamente las ideas e iniciativas y convertirlas en los propósitos que
requiere el recurso humano como centro de atención y protagonista del cambio,
para tener la efectividad en la planificación, organización, dirección,
control, evaluación y retroacción” (p.45). De manera que, la gerencia en
cualquier organización depende del liderazgo de la calidad humana de quien la
ejerza.
De acuerdo con Morgan (2003),
citado por Rodríguez (2005), la importancia de gerenciar las actividades
educativas “radica en que a partir de la misma surge la planificación, la forma
de organización, la dirección que indicará el rumbo a seguir, la evaluación
permanente de los procesos para verificar el grado de avance y por último, la
retroalimentación para consolidar, redireccionar y hacer correctivos o ajustes”
(p. 87). Al vincular el concepto de gerencia a la educación, Méndez (2005), la
define como “Gerencia Académica”, considerándola como un “subsistema del
sistema educativo que viabiliza la efectividad social, la eficacia y la
eficiencia de la organización educativa” (p. 13).
Desde esta perspectiva, la gerencia
provee operativamente una serie de mecanismos, técnicas o estrategias que
tienen como objetivo común introducir cambios organizacionales que garanticen
su posicionamiento y competitividad a través del mejoramiento continuo del
rendimiento y el desempeño. En otras palabras, la gerencia es el canal
consciente que permite a las organizaciones, y en este caso a las instituciones
de educación superior, decidir la dirección de las mismas, en correspondencia
con la visión, misión y objetivos. Pero desde el punto de vista operativo, son
las estrategias los elementos mediante los cuales se pueden alcanzar.
Según David (2003) a través de las
estrategias gerenciales “se identifican las fortalezas y debilidades; se
establecen las prioridades; se diseñan los planes; se orientan y se utilizan
los recursos de manera eficiente; se coordinan, ejecutan y controlan las
actividades; se delimitan las tareas; se formulan y evalúan los proyectos” (p.
16).
En consecuencia, las estrategias
gerenciales son las herramientas operativas que procuran cambios efectivos en
el desarrollo de la organización del presente hacia el futuro. Sin embargo, su
adecuada aplicación dependerá del grado de conocimiento y comprensión que se
posea de las estrategias a utilizar y su impacto en la filosofía de la
organización.
Gerencia
Pérez (2004), señala que la
gerencia “se ha convertido en la piedra angular del éxito de las organizaciones
que depende del concurso de los seres humanos para lograr sus metas y objetivos”
(p. 45). Esto ha dado origen a que se considere la gerencia desde diferentes
puntos de vista, uno de ellos es la llamada gerencia participativa, la cual
sustenta sus virtudes en el desarrollo de las potencialidades de las personas
involucradas con la organización, de tal forma que, el docente adquiere un compromiso
adquiere un compromiso consciente y participativo en el logro de las metas y
objetivos de la organización; compromiso que se afianza en la fluidez de la
información intraorganizacional para evitar los
conflictos que frecuentemente se dan en estas instituciones.
En este mismo orden de ideas, Machado (ob.cit): expresa que la Gerencia “es
un proceso de formular, ejecutar y evaluar actividades que harían posible
alcanzar objetivos de la organización” (p. 56). Estas actividades se orientan
hacia el logro de la estabilidad y el cambio de la organización, a través del
rompimiento de la burocracia y de los hábitos de la manipulación de la política
y del poder que ella genera.
El mencionado rompimiento daría lugar a un proceso de cambios, basado en
el logro de mecanismos que favorezcan la fluidez de la organización por la vía
de la permeabilidad y flexibilidad, para que el personal pueda pasar con
frecuencia y libertad a través de sus funciones, en los distintos niveles de la
organización. Lo señalado por Machado (ob.cit.), es lo que se conoce como
gerencia participativa y el modelo puede ser usado de manera efectiva en las
organizaciones sin fines de lucro, especialmente en las educativas.
En lo que respecta a los enfoques teóricos de la Gerencia Educativa,
Jiménez (2001), señala que la gerencia “es una ciencia social compuestas de
principios, técnicas y practicas cuya aplicación a conjuntos humanos permite establecer
sistemas racionales de esfuerzos cooperativos a través de los cuales se pueden
alcanzar propósitos comunes que individualmente no es factible lograr” (p 52).
Esta teoría indica la importancia del grupo como elemento social, capaz de
mancomunar esfuerzos para lograr objetivos propuestos.
El autor plantea que la gerencia no puede ser una carga para el director,
ya que sus responsabilidades se han de compartir y, de esta manera, se cumplan
las funciones de todas y para todos. Para participar en la gerencia se requiere
abandonar la tendencia a ejecutar todo por uno mismo y hacer que las tareas se
cumplan mediante esfuerzos de los miembros del grupo.
Por su parte Ruiz (2002),
determina que la gerencia “es un proceso distintivo que consiste en plantear,
organizar, ejecutar y evaluar, desempeñando para determinar y lograr los
objetivos manifestados mediante el uso de seres humanos y de otros recursos” (p
42). De allí, la gerencia es una actividad que se efectúa a través de gerentes
o miembros de una institución educativa, los cuales están destinados a
convertir los recursos desorganizados en el logro de objetivos útiles y
efectivos.
Requeijo y Lugo (2003), manifiestan que la “gerencia cree en la
excelencia, la promueve y la busca en toda la organización se espera la
excelencia en la calidad y en la cantidad del trabajo realizado por todos los
miembros que la integran” (p 98). El gerente en el campo educativo tiene un
alcance social que obliga a mantener constantes y estrechas relaciones con una
variedad de situaciones en las cuales es necesario tomar constantemente
“decisiones” para poder eliminar obstáculos, vencer dificultades y buscar
soluciones apropiadas a fin de mejorar su labor.
Para garantizar el cumplimiento eficiente y efectivo de los procesos
gerenciales se hace necesario la búsqueda de conocimientos ópticos en las
funciones del gerente de educación Primaria, en cuanto están ligados a ello,
planificar, organizar, administrar, dirigir y controlar todo lo concerniente a
los procedimientos administrativos que determinan las tareas a realizar en la
labor del gerente, de allí que el gerente educativo debe ser un líder dentro de
la institución para lograr el cumplimiento de todas las funciones.
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